Suena un claxon en la puerta del Hotel. Un majestuoso clásico nos lleva de excursión con nuestra cesta de picnic. Vamos a la Virgen del Castillo, observando el bello paisaje que se desliza por las ventanillas, por donde ojos de otros enamorados miraron.
Llegamos a la ermita con su espectacular mirador,
donde merendamos una deliciosa tarta contemplando un bello atardecer.
SUSANA
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